Archive for abril 2009
Hermetic Art
Lo único que sé de Alexey Andreev es que es ruso, y que pueden encontrarse más dibujos suyos en su blog. Debería dibujar comics, serían tremendos.
Visto en Yo también quiero tener un estúpido blog.
C’mon baby, do the locomotion
El stop motion es una de las técnicas de animación más utilizadas, consistente en la grabación de una sucesión de imágenes en las que se desplaza un objeto inanimado, consiguiendo por tanto la sensación de movimiento. Hecho con un número suficiente de imágenes por segundo, el resultado puede llegar a ser muy realista. Un ejemplo son las películas de Wallace & Gromit, hechas con muñecos de plastilina.
Sin embargo, gracias a Control-Zeta he descubierto que, cuando no intentas hacerlo realista, puedes conseguir unas animaciones muy divertidas con fotografías, como esta demostración de cómo se hacen los niños, donde el stop motion se combina con el time-lapse (condensar en pocas fotografías un proceso que se desarrolla a lo largo de mucho más tiempo que el que se usa después para reproducirlo, por lo que queda acelerado, como el crecimiento de plantas o el paso de las estaciones).
El siguiente vídeo, A wolf loves pork, es obra del japonés Takeuchi Taijin. Ha tirado y revelado en papel unos cuantos centenares de fotos de una peculiar persecución a un cerdito, y luego la ha reconstruido en stop-motion por toda su habitación. Me encantan los desplazamientos por las escaleras y el fregadero. El montaje es sencillamente espectacular:
La posibilidad de una isla
Sé que dije que iba a ir a por otro, pero es la lotería de las bibliotecas: nunca sabes qué terminarás leyéndote a continuación. La posibilidad de una isla, de Houellebecq, en cierto modo continúa los planteamientos finales de Las partículas elementales, alternando la historia de un sarcástico humorista y su desprecio por la sociedad actual, con la de sus sucesores genéticos un par de milenios más tarde.
Esta nueva raza de neohumanos, fontesintéticos y de reproducción clónica, vive en un completo aislamiento de sus semejantes. Se han apartado del grupo social por ser esta relación la que mina las posibilidades de que los individuos sean felices. Así, anulando pasiones y deseos, se reduce el potencial de tristeza. El desapego de la vida, vaya.
Creo que ya he encontrado la clave de que Plataforma me gustara tantísimo: es el único que se puede leer con ojos optimistas…
La cría humana es el único ser de todo el reino animal que manifiesta en el acto su presencia en el mundo con ininterrumpidos alaridos de sufrimiento; está claro que sufre, y que sufre de una forma intolerable. […] A cualquier observador imparcial le resulta evidente que el individuo humano no puede ser feliz, que no ha sido concebido en absoluto para la felicidad, y que su único destino posible es propagar la desgracia a su alrededor, haciendo que la vida de los demás sea tan intolerable como la suya propia, y por lo general, sus primeras víctimas son sus padres.
La sierra musical
La sierra musical es un instrumento del que te enamoras a primera vista – que no siempre en la primera audición. En teoría, cualquier serrucho puede tocarse musicalmente, aunque hoy en día hay unas sierras especiales (sin dientes) para este efecto, que vienen con un asa para hacer más fácil el acto de doblar la lámina de metal, ya que se controla el tono del sonido en función de la curvatura y de la longitud de lámina que se deje vibrar.
Oficialmente, la sierra es un idiófono. Si tenemos en cuenta que la categoría incluye instrumentos que van desde las castañuelas a la botella de anís, pasando por la kalimba, el hang, las maracas o la carraca, uno podría imaginarse que idiófono significa cualquier cosa, pero no: se trata de instrumentos cuyo cuerpo entero es el que vibra produciendo sonido (entre los idiófonos también hay instrumentos «serios», de orquesta, como la familia de los xilófonos, los platillos y, ejem, las campanas y cascabeles).
El peculiar sonido de la sierra musical es cuando menos turbador. Si bien permite evocar melodías oníricas o darle un toque de magia a películas como Delicatessen, lo cierto es que una sierra mal tocada puede ser una auténtica cacofonía de lamentos musicales. Por ejemplo, esta interpretación del Somewhere over the rainbow de una orquesta de sierras oscila irremediablemente entre la genialidad y el espanto:
Sin embargo, hay músicos profesionales de la sierra (¿serradores? ¿serrinistas?) como Austin Blackburn, que se presentó a un concurso de talentos en la tele británica, cuyas interpretaciones son impecables. Me ha encantado este dúo de sierra musical y violoncello tocando O sole mio:
Por cierto, el violonchelista, Stjepan Hauser, es un cachondo. No sólo le da la vida a la canción con su acompañamiento, sino que además te partes con sus caras. Seguro que se ha dejado la melenita sólo para poder agitarla con el ímpetu de las sacudidas de cabeza…